jueves, 18 de diciembre de 2008

Dignidad para los periodistas y trabajadores de los medios de comunicación

Resulta difícil cuantificarlo con certeza, pero algunas estimaciones cifran en 1.500 los periodistas que han sido despedidos en los últimos seis meses "por la crisis económica", según los editores y directores generales de los medios.

Tras estos despidos, que desde luego no son más dramáticos que los de albañiles, vendedores, mecánicos, técnicos..., se esconden alguna claves que me gustaría repasar.

1) Los dueños de los medios de comunicación tienen, ¿cómo dudarlo? la potestad para contratar y despedir a aquellos profesionales que consideren oportunos, pero se está dando la paradoja de no contratar a aquellos más capacitados, sino a los más baratos: becarios que cumplen puestos de redactores con sueldos de 350 euros, colaboradores que forman parte encubierta de la plantilla, redactores realizando funciones superiores a su remuneración...

2) Muchos responsables de medios de comunicación iniciaron hace tres años procesos de crecimiento insostenible de sus medios, dilapidando verdaderas fortunas hechas en años anteriores: crecimientos vía Internet, compra de otros medios de comunicación, etc., y no fueron capaces de prever que la situación que se avecinaba era dramática a más no poder.

3) En muchos medios de comunicación se ha instalado, y con razón, el pánico ante el temor de ser despedido. Este miedo amordaza sin remedio al periodista que, ahora más que nunca, obedece sin rechistar las órdenes de sus amos, por surrealistas que estas sean a veces. Esto redunda, obviamente, en una clara falta de libertad.

4) El 95% de los periodistas tiene un sueldo irrisorio. Hay algunas empresas periodísticas (líderes en lectores u oyentes) que pagan menos de 10 euros por un artículo.

5) Tradicionalmente, los medios de comunicación tienden a aplicar eso de "perro no muerde a perro" y silencian los problemas profesionales con que se encuentran los periodistas. Pueden hablar de los problemas laborales de otros sectores, pero no del propio.

Con todo ello, estamos ante un panorama desolador para la profesión periodística y, lo que es más grave, ni los partidos políticos, ni los sindicatos ni la sociedad mueven un dedo para evitarlo.

Y para remate, los periodistas tampoco hacemos nada. Vemos cómo nos despiden, cómo despiden a nuestros compañeros y lo único que hacemos es hundir el hocico en el teclado del ordenad0r.

¿Para cuándo los periodistas seremos capaces de movilizarnos? ¿Cuándo pegaremos un puñetazo encima de la mesa y gritaremos "ya basta"? ¿Cuándo nos levantaremos y saldremos a la calle para pedir lo que es justo: un trabajo estable, un sueldo digno y un mínimo de libertad? ¿Nos atreveremos a convocar en algún momento un día sin medios de comunicación?

5 comentarios:

  1. Ya es hora de romper el silencio. De nada sirve la democracia sin los medios de comunicación. Y de nada sirven los medios de comunicación si no están realizados por periodistas.
    Hoy en día, el plumilla no es más que un eslabón de una gran cadena de montaje que copia y pega la información llegada de las agencias y recibe del patrón un mísero salario (en ocasiones, inferior a los 800 euros). Trabajar en el Carrefour se parece cada vez más a trabajar en una redacción (y sobretodo si ésta es digital).
    Yo añadiría al manifiesto este aspecto, la degeneración de nuestra profesión que se traduce en profesionales que no salen de la redacción. El periodista ya no cuenta lo que ve, sino lo que ven las agencias.
    La reducción en la calidad de las noticias está directamente relacionada con la reducción de costes de las grandes empresas periodísticas y, al mismo tiempo, con el sistema económico mundial.
    ¿ Para cuando una información de calidad, libre e independiente?

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  2. Sara, yo creo que el problema es que no hemos sabido defender lo nuestro. ¿Por qué cojones no hemos sido capaces de colegiarnos como han hecho otros colectivos como el de abogados o ingenieros? Vamos a sentarnos y a EXIGIR el título para poder ejecercer esta profesión.Una vez con el título en la mano que cada uno trabaje como quiera, pero eso sí, con la garantía de que ha recibido los conocimientos mínimos para empezar.

    Sinceramente, no me imagino trabajando en un hospital como enfermero sin tener la cualificación adecuada.

    Nosotros somos los primeros culpables. Como decía Pomares perro no come a perro.

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  3. Tal vez por todo esto, hace muchos años que me negué a ejercer de esclavo a sueldo, renuncié a ser redactor. En esas condiciones, no.
    Gente mucho mejor preparada que yo trabaja muchas más horas. Lo siento, no es compatible con mi vida familiar ni con mi salud física y mental.

    La prensa diaria, los medios televisivos y radiofónicos, los medios vía Internet, son los nuevos barcos de esclavos.
    No se reconoce la dignidad de los profesionales, la mayoría mejor preparados que sus superiores. Sin embargo, muchos empresarios (no sólo en este sector, es algo generalizado en nuestro país) se aprovechan de los chavales y no tan jóvenes con horarios y condiciones laborales incompatibles con la diginidad profesional.

    ¡¡EXIGIMOS DIGNIDAD!!

    Mientras tanto, asistamos a la agonía lenta de los canales de televisión que apostaron por el circo chungo de reallity shows cutres, cutres, en busca de una audiencia facilona. La gente más joven se marcha a Internet, donde podrán ver lo que quieran, cuando quieran y como quieran.
    Los blogs nos están salvando del dirigismo mediático-cultural, en el que sólo tienen cabida los que se someten a la dictadura de las audiencias y las empresas y entramados mediáticos.
    Despertemos de esta pesadilla cuanto antes, devolvamos a la gente su derecho por conocer la realidad tal como la vemos, no como quieren los poderosos que la veamos.
    Reivindiquemos el periodismo auténtico, sin miedos. Lo peor que nos puede pasar es que nos despidan. ¿Van a salir adelante sólo con becarios y cuatro empleados? Los lectores, los oyentes y los televidentes no son tan imbéciles como pretenden algunos.
    Hagamos altavoz de la situación de los profesionales de los medios, que todo el mundo sepa lo que se cuece dentro. Que el hedor llegue hasta el último rincón.

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  4. Me gusta, me gusta mucho y me emociona que por fin los periodistas levantemos la cabeza. De hecho, me sentí por momentos un poco solo con mi blog, y atacado... Ahora os leo y veo todo lo que he ido denunciando, y por eso el vuestro ya es un blog hermano para mí: http://tinyurl.com/9bttku

    Y ahí estoy también en Facebook.

    POR NUESTRA DIGNIDAD!!!!

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  5. Parece increíble que siendo los más cercanos a los medios, seamos los menos capaces de influenciar la opinión pública y de los gobernantes para que pongan el acento en nosotros.

    El sector bancario y el automovilístico gozan de una protección muy superior -también por el mayor número de puestos que genera- y se percibe ccon toda naturalidad que "hay que ayudar a los bancos y las empresas de coches" para que el país resurja.

    En definitiva, nos falta saber comunicar que sin un buen periodismo, faltarán por garantizar servicios y libertades básicas para los ciudadanos, como el derecho a la información veraz del famoso art. 20.

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